En la fiesta de San Francisco dicen Sí al cuidado de la Hermana Madre Tierra…
Cuando digo “paz y bien” se me ensancha el corazón.
Cuando digo “paz y bien”, doy gracias al Creador.
Cuando digo “paz y bien” soy hermano universal.
Cuando digo “paz y bien” hago de mundo mi hogar.
Cuando digo “paz y bien”, siento en mí la libertad.
Cuando digo “paz y bien” vivo la fraternidad.
Francisco y María Ana estaban tan convencidos de la importancia de ser constructores de la paz, que decidieron apostar por ese valor haciendo un cambio radical en sus corazones. Hoy tomamos sus ejemplos para pedir al Señor que nos anime a ser agentes y defensores de la PAZ y el BIEN.
Es en la oración donde podemos encontrar fuerzas para ser “instrumentos de paz”, porque es en la oración donde se descubre a Cristo.
Contemplemos a María Ana como una mujer de corazón puro y limpio, cuya fe reconoce la grandeza de Dios, esa fe la hace grande y resplandeciente como el Sol… Por eso María Ana se hace cántico franciscano, poesía de alabanza hacia el Señor y sobre todo lo que creó…
Loado seas, mi Señor, por la fe de María Ana, que fue como un radiante sol que con su cálida llegada transformaba la vida de todos los que estaban a su alrededor…
Loado seas, mi Señor, por la presencia amorosa de Francisco, que fue como una brisa suave que con su paso envolvía a todos los que se encontraban cerca y lejos…
El testimonio de Francisco y María Ana y el deseo de ser instrumentos de paz y bien, motivan a los alumnos de 7mo. a asumir el Compromiso con el Cuidado del Medio Ambiente y Patrimonio Cultural de la provincia de Misiones, compromiso que la provincia invita a asumir y que desde nuestra espiritualidad es acogida desde lo más profundo.